El nombre Akkaná nace de la palabra taína “ácana”, nombre ancestral del majestuoso árbol de balatá, nativo del Caribe. Este árbol, utilizado por los taínos para construir canoas, representa fuerza, conexión con la tierra y respeto por lo natural. Inspirados por este legado, Akkaná Samaná honra sus raíces con un proyecto que vuelve a lo esencial: vivir en armonía con el entorno.
Aquí, el lujo no es ostentación, es vivir rodeado de belleza natural, respirar tranquilidad y despertar cada día frente al mar.
Akkaná Samaná no es solo un proyecto inmobiliario. Es un estilo de vida para quienes buscan reconectar, contemplar y habitar de forma más consciente. Si sientes que este lugar resuena contigo, es momento de dar el primer paso.